La vida de Isidore Horace Darwin fue, al menos en parte, felónica. Fue el único trillizo rubio de Dionisio Darwin, que destacaba por su acendrado* color de piel, tostadito como el socarrat de la paella. Eso le ocasionó muchas vicisitudes, dado que por la época en la que nació, en los albores del siglo XIX, su padre Dionisio se había trasladado a Laponia con toda su familia, huyendo de las burlas que le acarreaba su legendario pezón invertido. Su madre era lapona: en efecto, Dionisio la había comprado a una tribu malgache a cambio de un rebaño de ñus, y como la pobre no había recibido mayor educación, se pasaba el día echando lapos.
Y digo que el color de su piel le acarreó muchas vicisitudes a Isidore Horace porque su palidez extrema le hacía fácilmente mimetizable con el paisaje, nevadito y tal. Esto, unido al hecho de que sus padres no sabían contar hasta tres, le ocasionó muchas angustias: se perdía y nadie le buscaba, y mucho menos le encontraba. Pero su rareza le proporcionaba también una suerte de libertad que las mentes que tienen la desgracia de nacer inquietas pueden aprovechar para desarrollar sus aspiraciones y aptitudes.
En su caso, demostró una destreza sin par en el afilado de cuchillos. Y comonopodíaserdeotromodo, desarrolló también una especial habilidad en el desollado de focas.
De ahí a aprovechar los mondongos de las focas en la cocina no había más que un pequeño paso, que Isidore, en efecto, dio: estofado de foca, civet de foca, paté de foca, albóndigas de foca, carpaccio de foca, empanada de foca... Hasta el día en que se le ocurrió cocinar una pizza de foca, y descubrió que el liquen no puede sustituir al orégano.
Eso fue determinante en su vida. Tomó la decisión de emigrar. ¿A dónde? Pues para hacer buenas pizzas, no cabía la menor duda: a Francia, el país de los 1.000 (mil) quesos. En París se estableció en Chez Louie Disset, en la avenida de Montpayase, donde la flor, la nata, la crema y la gala de París se daban de codazos con tal de degustar las exquisiteces que elaboraba nuestro buen Isidore.
Pero incluso en la cima de su éxito, la añoranza se apoderaba de él: echaba de menos las blancas tierras en las que nació, la escasa (pero grasa) fauna y la todavía más escasa (pero magra) flora.
Y como volver no era una opción, decidió "regresar" a su tierra aplicando sus mejores capacidades: tras innúmeras noches de desvelo, logró producir un juego de cuchillos especialmente especiales, con los que la noche del 22 de febrero de 1832 logró su mayor logro: tomó unas fochas (era temporada de fochas y de gamuzas), las desplumó cuidadosamente y, con la precisión de un cirujano, las abrió en canal y les extirpó la hache.
Luego las preparó como si fueran renos, pero eso es otra historia.
* Lo he buscado en Google: puro, sin mancha.
Este cuento se lo dedico a Rai, y él sabe perfectamente el porqué.
Pero no puedo dejar de citar a Corser en los agradecimientos, y he ahí otro que también sabe perfectamente el porqué.
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5 comentarios:
Enternecedor. Seguro que en Joligud te compran los derechos para una peli, o mejor, una trilogía.
Dedicado a Rai porque un día en el Palacete le prometí explicarle cómo preparaba las fochas Isidore Horace Darwin, un día en que estuvimos hablando de gamuzas y fochas.
Agradecimientos a Corser porque Dionisio Darwin es creación suya: véanse los comentarios a "Etimología impetuosa".
Pensaba que la dedicatoria era por el pezón invertido.
Aunque no se que es un nozep.
Fiuuu extirpar haches con un cuchill... Menudu hacha devia estar fet el Dioni.
Sobre lo del petsó invertit corre la llegenda urbana que era a causa del seu conegut caràcter evasiu, absentís i melancòlic (diuen que podia arribar a consumir litres d'absenta assegut a la terrassa del Chez Loui, mentre llegia Le Monde amb l'ull dret i simultàneament el Liberation amb l'esquerre). Sembla que això li ocasionava freqüents depresións, algunes de les quals localitzades al mugró.
i tst, al tantu al tantu que l'ús indiscriminat de "comonopodíaserdeotromodos" està fortament penat per la Real Academia de Tiro al Pato amb la retirada del carnet de socorrista, 15.324 punts, 72 comes i un llàpis Stabilo del 2,5 (amén, és clar, de posar-se de cara a la paret amb 2 exemplars del Quijote -tapa negra- en cada mà)
TENIM LA GENT
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PER UN PALACETE MILLOR, VOTA PSC!
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